7/10/12

Oxígeno

Necesito escribir, y no puedo.
Demasiadas palabras que se acumulan en mi cabeza. Muy poca inspiración para darles justicia.
Mi mente es un gran cúmulo de pensamientos  que acabará por expandirse en mi particular universo, esperando al Big Bang.
No encuentro el tan típico y usado cable rojo para cortar de raíz todos aquellos pensamientos gastados. ¿Y si no existe y la explosión es inminente?
Quiero gritar y solo sale un pequeño hilo de voz.
Quiero pegar y mis puños no alcanzan el objetivo.
Maniatada por mis propias experiencias.
Esperando una explosión inminente.
Un número de emergencia que espera ser marcado.
Vivo pero no puedo respirar.
El estrés me persigue, el nerviosismo me consume y el mono oxígeno se apodera de mis actos.
No puedo. No quiero. No sé.
Requiero ser rescatada.
Pero no se si quiero serlo.
Socorro, grito sin voz.
No vengas, escucho el eco de mis palabras.
Mis dedos escriben rápido en una habitación que no parece tener salida. 
Estoy metida en una cárcel libre.
Sentada esperando.
Pero, ¿esperando qué?
Con un rumbo marcado. Pero sin brújula para seguirlo.
Socorro repito maniatada en mi pequeño rincón.
Los pensamientos y la experiencia parecen no dejarme marchar.
Y ahí me quedo, dando bocanadas, intentando respirar el oxígeno que tanto ansío. 

6/10/12

Volverá.

Y llegará el invierno...
Y volverá a presentarnos su gélida hostilidad.
Volverá la melancolía.
El crujido de las hojas secas.
La nariz roja.
El rastro de la lluvia en la zuela de tus zapatos.
El cabello refugiado en un gorro de lana.
El tiritar a causa de sacar tu cuerpo de la cama caliente y exponerte al frío de la mañana.
El café caliente en mi cafetería favorita del centro.
Volverán las luces de colores.
Las botas de agua.
Los guantes.
Las mantas.
El humito del chocolate.
Volverán los gélidos dedos.
Las caras de sueño.
La oscuridad en pleno día.
Y así volverá el invierno y en consecuencia, llegaré yo.
Otra vez.

La última vez, la oscuridad reinó por encima de todo.
Pero volverá el invierno, y todo habrá cambiado.

Caí, lloré, grité, me enfadé, hablé, me ilusioné, caí otra vez...
Pero aprendí a levantarme, a secarme las lagrimas, a callarme cuando tenía que hacerlo, a tomarlo todo con otra filosofía, a levantarme de nuevo.
Me encontré. Me critiqué. Me desilusioné. Me conocí. Creé una versión mejorada de mí misma.
Y la intento plasmar en la vida.

Volverá el invierno. Llegarán los hábitos de siempre. Pero esta vez, habrá algo diferente.

3/10/12

Un error más de esta vida.

Pienso, luego existo.
Amo, así que olvido.
Rio porque un día lloré.
Entiendo porque me confundí.
Salto, luego antes caí.
Canto porque un día el silencio se proclamó rey de mis oidos.
Veo la luz porque supe separarla de la oscuridad.
Escribo porque antes aprendí a leer.
Hablo, porque hubo un tiempo en el que mis palabras no se dignaron a aparecer.

Cometemos el error de pensar que una equivocación es eterna.

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Solicito el permiso del tiempo para parar el secundero, necesito que las horas no sean mas que arena.

Arena que se pierde en un desierto de olvido fingido.