25/3/15

Vivimos a las puertas de un futuro incierto. Las generaciones toman conciencia y el fruto de antaño amarga los paladares. Amarga a aquellos insurgentes que no creen en la Ley de la conformidad. Las generaciones se levantan poniendo en el cielo un grito de espanto que amenaza con sumergir en el olvido a esos arcaicos pensadores. El futuro escondido se transforma en sombras tenebrosas. El pasado impone las reglas y los valores que pretende preservar.
Pero Ellos se levantan y cantan canciones de guerra. Y corean libertad. Vocean desgarrando con sus gargantas las injusticias que proliferan. Tiemblan de rabia. Aullan de pena.
Las palabras nos hacen libres,
eternos e inmortales.
Aportan gritos a la voz afónica
y vida a aquellos grises que no saben reír. 

9/3/15

Esta es la historia de un ludópata reloj que ansiaba gastar cada minuto para poder ganar tiempo. Temblando, sus manecillas , apostaban todo lo que podían.
Mientras tanto, el Tiempo rebelde y sumiso, distante y relativo, se paseaba danzante por el siniestro lugar. A sus pies, enganchadas, las juventudes que se habían quedo atrás.
El ludópata reloj ya no sentía. Solo pensaba en ganar. Con ansiedad, visualizaba, desde ese pequeño rincón, como el tiempo se marchaba y como perdía cada apuesta. 
Se rindió cuando vió al Tiempo observándolo en su lugar, moviendo a sus anchas las manecillas, como si estas fueran de su propiedad,
 y en efecto, lo eran.