4/9/14

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Desnudándome a tientas navego por el escozor de mis heridas. Larga guerra. Curiosa calma que a ella, ahora, se aferra.
El frío susurra y congela mis huesos que hoy parecen cansados. Y me tapo con la oscuridad que hoy me llena. Y me ahogo entre las luces de una ciudad taimada.
Pesándome, el cuerpo bosteza y tardo cinco latidos enamorados. Morfeo, entonces, me besa.

1/6/14

Y no te enamoras hasta que a Sabina no le das la razón

"Y no te enamoras hasta que a Sabina no le das la razón" eso pensé cuando empecé a escuchar al poeta invadiendo con sus notas mi caótica habitación.
En la primera canción observé que a mí siempre me ha gustado cantar con la boca llena de palabras que nunca me atreví a decir. Finjir tocar acordes mientras te imagino en mi salón con las sábanas pegadas a la cabeza y la lujuría revuelta por la habitación. Desafinar cuando se tocan los arañazos del pasado.

A la cuarta canción me di cuenta de que no se me daba bien eso del amor. Me enfadé, grité y acusé a Sabina de sentir el escozor de sus canciones en las heridas.
A la novena  descubrí que el motivo de esas indecentes lágrimas, el motivo de mi dolor rencoroso, el motivo de tí, no era más que yo. Así fue como, sin quererlo o sin querer saberlo, libré una batalla de pronombres al son de las canciones del hombre con la voz desgarrada. Tu. Yo. Mio. Tuya.
Un conflicto a escala personal donde no existían vencedores, ni vencidos. Ni si quiera había nada por lo que luchar -pensé tajante e insegura tras escuchar la decimonovena canción.

9/4/14

Ella diseñó por él una ciudad

Ella lo quería tanto que construyó
entre líneas ciudades de poesía.
Con edificios que llegaban
a tocar el margen del cuaderno
y otros que con la palabra "amor"
se daban por satisfechos.

Ella escribió poesía con forma de ciudad.
Quiso diseñar un imperio
con base de espinas,
con frío en las esquinas.
Con botellas vacías en los bulevares,
en los cruces,
en casi todas las calles.
Con rastro de cerveza en las boquillas
y numerosas colillas apiladas
haciendo guardia alrededor.

La ciudad conservaba humo de invierno.
Olor a tabaco en cada cortina
de cada hogar
de cada infierno.

Ella lo quería tanto
que escribió poesía con forma de ciudad.

6/3/14

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A tí te dedico mis virginales obras,
cada lágrima derramada,
el dulce veneno que me consume
y los besos que añoro darte.

Te dedico las palabras vacías
y las llenas aún más.
Te dedico mis mil y una muertes
el frío de mis noches
mis reproches
mis enfados
y en secreto,
hasta las sonrisas.

Te dedico la felicidad
que me otorgaste,
los sonetos de Shakespeare
que jamás te leí.

Te dedico todas las canciones
de amor
que colecciono.
Te dedico mis gritos
por tu ausencia,
mi soledad por tu huida.

Cariño, te dedico este pedazo
de vida.

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Afiló su espada.
Miró al alba.
Lloró un soneto.
Sintió la gélida llama.

Tembló el cielo.
Perdió la batalla.
Se había rendido ante aquellas palabras.
Y comenzó a andar.
Como un caballero errante
con armadura y pluma
con cicatrices y sin corazón.

Los molinos se alejaban
los gigantes la perseguían,
pero a nada temía
pues ya nada perdía.

El cielo tembló
o era ella quizás.

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Melifluo marinero
atrapado en la tempestad
te dejaste llevar.

En un barco sin provisiones
con un corazón sin tierra
con una vida sin pasiones.
Te dejaste llevar.

Un canto de sirena
de notas desfasadas
de amor embotellado
de amor sonrojado.
Te dejaste llevar.

La tempestad rugía
y el viento susurraba
macabras palabras
que no querías escuchar.
Te dejaste llevar.

Saltaste
fundiendo las lágrimas
con las del mar.

Un canto de sirena que consiguió
salvarte de la tempestad.
Te condenó a las notas
que de sus labios salen
lo sabes,
pero te dio igual.

Te dejaste llevar, marinero.
Te dejaste llevar.

3/3/14

Se me olvidaba decirte que...

"Se me olvidaba decirte, que tengo unas ganas de hacerte el amor que no te puedes imaginar, pero esto no se lo diré a nadie, sobre todo a ti. Deberían torturarme para obligarme a decirlo. Que quiero hacer el amor contigo, no sólo una vez, sino cientos de veces, pero a ti no te lo diré nunca, solo si me volviera loco te diría que haría el amor contigo aquí, delante de tu casa, toda la vida".

Hoy me tomo la libertad de añadir a mi blog palabras que no me pertenecen a mí, sino a la gran película La vida es bella de Roberto Begnini.

24/2/14

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Érase una vez un particular universo que decidió autodestruirse. Él tampoco superó su huida.

Paz perdida.


Me paso el día escuchando historias anónimas en desintoxicación.  Me autodestruyo. Desgarro los segundos deseando que no sean horas. Solo intento acelerar el inutil tiempo que me separa de aquel lugar idílico llamado Olvido. Consumo mi ser. Quemo mi vida. Culpo a mis heridas. Malgasto páginas de poesía.

Trato de encontrar la Paz perdida.

18/2/14

Puedo dar 17 razones...

Diecinueve preguntas en el precipio,
veintiuna balas en la recámara.
Cuatro pasos hacia el infierno
y mil hasta las sábanas.
Dos soledades
una sola llama.

Paz en guerra

Analizo mi propia rima
mi propia ausencia
y solo encuentro rimas
asonantes.
A veces soy un soneto
sin terceto
otras, me limito a ser
un pareado.
Soy un verso libre
y prisionero,
soy la voz de la inexperiencia,
soy una poesía maltrecha,
un poemario sin pasiones,
soy paz en guerra.