24/12/12

Pequeña invasión silenciosa y pacífica

Bombas  de color rojo, impactan en cada brizna de hierba. El viento mueve las hojas que traen el aroma que todos huelen. Una falsa primavera toma protagonismo.
Yo tumbada sin más compañía que el Sol, me pongo a pensar como cada día, como cada hora como cada segundo de mi vida.
El aroma me envuelve y el pacífico bombardeo muy a mi pesar no cesa.
El numero dos.
Y el uso excesivo del "nosotros".
Hasta la música y las historias de papel, parecen infectarse de tan maravilloso perfume.
Un perfume que mi ser se niega a oler.
Un perfume que deseo y a la vez rehuyo.
Puede que no pueda cambiar las cosas.
Puede que no me quede más remedio que esperar.
Puede que mi papel no sea actuar. Puede que mi inseguridad tome un papel decisivo.
Puede que todo en realidad sea nada. Puede que la nada sustituya al todo.

El universo, tan místico, tan perfecto, tan plagado de secretos ocultos en cada ápice de luz y oscuridad. Resulta difícil imaginar que de matriz tan perfecta y calculada, con un funcionamiento tan complejo y preciso, cómo el ser humano tiene cabida en ese lugar siendo irracional, destructivo, sencillo y paupérrimo en lo que a los valores se trata. Algo incomprensible que podría describirse como el mayor misterio de todos los que nos rodean.

19/12/12

Tinta seca, papel herido y lágrimas escondidas.

La inspiración se fue y ahora solo quedan palabras huecas.
El vacío se ha apoderado de mi ser.
Las preguntas han amotinado mi cabeza y ahora me encuentro en una constante lucha entre lo que soy, lo que seré y lo que fui.
Una batalla donde no hay ganadores. Una batalla donde el único vencido soy yo.
Todo cambió y a la vez sigue igual.
Y ahora...
Ahora solo puedo escribir sobre oscuridad.
¿Dónde está mi inspiración? ¿Y mi alegría?
Se fue a la vez que mis lágrimas dejaron de caer porque decidieron esconderse.
El papel consigue estar lleno, pero con una tinta que no lo desea.
La tinta se secó tiempo atrás a causa de las palabras que no escribió.

7/10/12

Oxígeno

Necesito escribir, y no puedo.
Demasiadas palabras que se acumulan en mi cabeza. Muy poca inspiración para darles justicia.
Mi mente es un gran cúmulo de pensamientos  que acabará por expandirse en mi particular universo, esperando al Big Bang.
No encuentro el tan típico y usado cable rojo para cortar de raíz todos aquellos pensamientos gastados. ¿Y si no existe y la explosión es inminente?
Quiero gritar y solo sale un pequeño hilo de voz.
Quiero pegar y mis puños no alcanzan el objetivo.
Maniatada por mis propias experiencias.
Esperando una explosión inminente.
Un número de emergencia que espera ser marcado.
Vivo pero no puedo respirar.
El estrés me persigue, el nerviosismo me consume y el mono oxígeno se apodera de mis actos.
No puedo. No quiero. No sé.
Requiero ser rescatada.
Pero no se si quiero serlo.
Socorro, grito sin voz.
No vengas, escucho el eco de mis palabras.
Mis dedos escriben rápido en una habitación que no parece tener salida. 
Estoy metida en una cárcel libre.
Sentada esperando.
Pero, ¿esperando qué?
Con un rumbo marcado. Pero sin brújula para seguirlo.
Socorro repito maniatada en mi pequeño rincón.
Los pensamientos y la experiencia parecen no dejarme marchar.
Y ahí me quedo, dando bocanadas, intentando respirar el oxígeno que tanto ansío. 

6/10/12

Volverá.

Y llegará el invierno...
Y volverá a presentarnos su gélida hostilidad.
Volverá la melancolía.
El crujido de las hojas secas.
La nariz roja.
El rastro de la lluvia en la zuela de tus zapatos.
El cabello refugiado en un gorro de lana.
El tiritar a causa de sacar tu cuerpo de la cama caliente y exponerte al frío de la mañana.
El café caliente en mi cafetería favorita del centro.
Volverán las luces de colores.
Las botas de agua.
Los guantes.
Las mantas.
El humito del chocolate.
Volverán los gélidos dedos.
Las caras de sueño.
La oscuridad en pleno día.
Y así volverá el invierno y en consecuencia, llegaré yo.
Otra vez.

La última vez, la oscuridad reinó por encima de todo.
Pero volverá el invierno, y todo habrá cambiado.

Caí, lloré, grité, me enfadé, hablé, me ilusioné, caí otra vez...
Pero aprendí a levantarme, a secarme las lagrimas, a callarme cuando tenía que hacerlo, a tomarlo todo con otra filosofía, a levantarme de nuevo.
Me encontré. Me critiqué. Me desilusioné. Me conocí. Creé una versión mejorada de mí misma.
Y la intento plasmar en la vida.

Volverá el invierno. Llegarán los hábitos de siempre. Pero esta vez, habrá algo diferente.

3/10/12

Un error más de esta vida.

Pienso, luego existo.
Amo, así que olvido.
Rio porque un día lloré.
Entiendo porque me confundí.
Salto, luego antes caí.
Canto porque un día el silencio se proclamó rey de mis oidos.
Veo la luz porque supe separarla de la oscuridad.
Escribo porque antes aprendí a leer.
Hablo, porque hubo un tiempo en el que mis palabras no se dignaron a aparecer.

Cometemos el error de pensar que una equivocación es eterna.

.

Solicito el permiso del tiempo para parar el secundero, necesito que las horas no sean mas que arena.

Arena que se pierde en un desierto de olvido fingido.

2/8/12

Cenizas.

Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis...
Segundos.
El tiempo impone su poder. Arrollando todo a su paso. Acariciando cada diminuto instante, haciendolo suyo.
El tiempo, el arbitro.
La muestra de que nada es eterno.
Recordándonos el vértigo.
Llevandose consigo instantes. Para luego, dejar cenizas.
Las cenizas, la prueba de que existieron verdades y mentiras.
Palabras olvidadas. Promesas incumplidas. Risas apagadas.
Son muestras de lo que hubo y lo que nunca será.
Grises. Eternas. Melancólicas. Como la esencia de los recuerdos.
Cuando las palabras se apagan, cuando las miradas se vuelven hostiles, cuando las relaciones se rompen... Siempre queda la ceniza, un resquicio de un recuerdo, la muestra de que en un tiempo pasado ocurrió algo que en mayor o menor medida, marcó tu vida para siempre. Las cenizas son recuerdos que murieron a causa del tiempo.

31/3/12

Menta y chocolate.

En tu espalda, suspiros con aroma a menta.
En mis ojos, el rastro del chocolate.
Miradas, que atrapan, que lloran, que te cortan en mil pedazos.
Clavadas en los recovecos de tu ser se encuentran.
Amarradas en los confines de mi alma, están. 
Contadas como gotas de agua las guardo en una pequeña cajita de cartón, para así poder sacarlas en esos días, en los que la sequía gobierna el mundo y el fuego no habla precisamente de amor. 
Dime.
Dime cuantas noches cerraste los ojos y pensaste en mí.
Dime cuantos abrazos prohibidos cosechaste en mi presencia.
Tienes el síndrome de la sonrisa arrolladora. Tengo la enfermedad de mimos sin complacer.
Fresco como la menta, dulce como el chocolate, raro como su conjunto.
Siempre quedarán en mi cajita de cartón.
Las miradas, momentos guardados. Tiemblan cuando el suelo está mojado, otras veces, hablan de amor. 



7/3/12

Y vuelvo a temblar por el frío que me producen las miradas gélidas.

Y vuelvo a pensar, a tener miedo, a temblar. Caigo sin nunca tocar el suelo y salto pensando que no habrá nada a mis pies. Nunca he sabido realmente cual es el blanco y cual el negro, así que vivo en un eterno gris. Actúo sin guión, pero no sé improvisar. Con frecuencia pienso en el pasado, en el presente y el futuro y vuelvo a temblar.
Tengo miedo.
Miedo de no hacer lo correcto.
...de equivocarme.
... de decepcionar a todos.
...de decepcionarme a mí misma.
... de no conseguir lo que quiero.
... de simplemente ser lo que pude llegar a ser y nunca fuí.
A veces quisiera poder volver a ser una niña, aquella que simplemente soñaba, aquella que nunca decepcionaba a nadie. La que simplemente jugaba con muñecas y no pensaba en el mañana.
Aquella niña que no temblaba a causa del frío que producían las miradas gélidas.

5/3/12

¿Sabes? Hoy he vuelto a observarte.

¿Sabes? Hoy he vuelto ha observarte.

Me encanta la forma tan peculiar que tienes de andar, con ambas manos metidas en los bolsillos de tus vaqueros azules.
La perfecta línea que hacen tus labios al sonreír.
La forma en la que miras hacia abajo, como si tuvieras miedo de que los demás vean el dibujo que forman tus pecas alrededor de esos profundos ojos de chocolate.
Me encanta como hablas. Relajado, pausado, susurrando.
Como te sientas, acurrucándote en tus propios pensamientos.
La forma en la que abrazas a quién lo necesita.
Me encanta como miras sin ver nada en concreto.
La forma en la que coges el lápiz, seguro pero indeciso, con la mano izquierda.
Me encanta la forma en la que me encantas, aparentemente mucho, suficientemente poco.
Tus manos fuertes.
La forma en la que escuchas música, con un casco en el oído derecho y el otro dando volteretas por tu cuerpo.
Me encantan las caras sorprendentemente extrañas que consigues hacer.
El azul de tu chaqueta.

Eres exactamente la clase de persona de la que me enamoraría, si tuviera la oportunidad de hacerlo.

¿Sabes? Hoy he vuelto ha observarte.

4/3/12

Save you.



..Take a breath 
I pull myself toguether
Just another step till I reach
the door..

Poco a poco mis ojos se abren lentamente. Esa canción lleva navegando en mi mente desde anoche. Me giro sobre mí misma y me quedo observando el reloj. Marca las diez de la mañana. ¿Tengo que ir al insituto? No, hoy es Domingo. ¿Seguro? Si, si hoy es domingo. He quedado con Alan para ir a comer y luego al cine. Me incorporo lentamente y cojo el móvil. 20 llamadas perdidas de mis amigos. Me preocupo, pero luego me tranquilizo pensando que seguramente no será nada. Alan. Tengo que llamarle. Le echo de menos.

-El teléfono al que llama está apagado o fuera de cobertura.

Será dormilón...! Me rio de una broma que tan solo yo entiendo y me vuelvo a tender en la cama. Pienso en él. Como cada día. 
Me encanta Alan. Su forma de ser. A veces todo en él resulta  absurdamente perfecto. Amo la forma en la que sus dedos se adentran en su pelo cobrizo cuando intenta ordenar el caos de su mente. Me encanta cuando sonrie, de lado. Y cuando ríe, a carcajadas, escandalosamente. Me encanta cuando sabe lo que quiere pero a la vez se muestra indeciso. Cuando sus dedos tamborilean el volante mientras espera que el semáforo en rojo se convierta en verde. Me encanta como canta, tan perfectamente mal. El camino que deja su respiración en mi espalda. Me encantan sus besos dulces, apasionados, rápidos, lentos. Y sobretodo cuando rie junto a mis dientes. Cuando convierte mis lágrimas en sonrisas. Me encanta cuando sabe que todo está perdido, pero aún así sigue luchando con una sonrisa por uniforme. Cuando escucha su grupo favorito, cierra los ojos y se concentra en cada nota, en cada acorde, en cada uno de los tonos de voz que tiene Pierre Bouvier. Él siempre dice que Simple Plan y yo somos los únicos que le ayudamos a sonreir con todo el asunto este de su padre...

I wish I could
tell you something 
To take it all away..

Otra vez la canción acude a mi mente sola y sin avisar. No logro recordar como se llama, ni de quién es. Pero seguro que ha sido Alan quién me la ha pegado. Alan. Vuelvo a coger el móvil y le doy al esperanzador botoncito verde.
-El teléfono al que llama está apagado o fuera de cobertura.

Suspiro. ¿Por qué duerme tanto? La puerta de mi habitación se abre. Mi madre cautelosa mira hacia dentro.

-¿Cómo estás, Alice?
-Bien, cansada. 
-Ah... Nos vamos dentro de una hora, será mejor que te vayas vistiendo, cariño.

Le hago caso a mi madre y me voy vistiendo. ¿No debería desayunar antes? No, no tengo hambre. Tengo el estómago completamente cerrado. Salgo de mi cuarto y noto la casa con aire triste. Silencio amortiguado con las voces de mis padres es lo único que se oye. En el salón mi padre, mi madre y mi hermano pequeño me esperan sentados. Me ven. Se levantan y se dirigen hacia la puerta. Mi padre me da un beso en la frente. Mi hermano pequeño me abraza. 

..You´ll never know the way it 
tears me up inside...



Otra vez la estúpida canción. Y Alan no me llama. Nos subimos en el coche. Llegamos. En la puerta mucha gente vestida con tonos tristes y oscuros. Son como una tormenta en medio de un baño de sol. Las manos me tiemblan. No se por qué.
 Tanatorio, mierda. El padre de Alan ha muerto. No me acordaba. Quiero verlo. Necesito verlo. Abrazarle y decirle que todo está bien.
Me adentro en la tormenta donde toda clase de personas gritan silenciosamente a causa del dolor. 
Veo a la madre de Alan. Llora desconsolada. Pobre mujer. Su marido ha muerto. No veo a Alan. No lo encuentro. 

..when I hear your voice,
it’s drowning in the whispers
your just skin and bones
there’s nothing left to take
and no matter what I do
I can’t make you feel better
if only I could find the answer
to help me understand..

Me dirijo hasta el centro de la sala. 
Al lado del ataud, la madre de Alan llora. Me acerco. 
No se que se tiene que decir en estos momentos. 
Me declino por un "lo siento" y miro dentro.
Alan.
Sometimes I wish I could save you.


Los recuerdos vienen a mí.  Lo recuerdo todo. Y me siento como si acabara de despertar en una pesadilla. De repente me doy cuenta de que hoy no es Domigo sino Lunes. Que ayer salí con Alan Que fuimos al cine. Que tengo el brazo escallolado. 
                                                                
Doce horas antes.
                                                        
Sometimes I wish I could save you
and there’s so many things that I want you know
I won’t give up till it’s over
if it takes you forever, I want you to know..

- Que pesado, siempre la misma canción. - le digo con una sonrisa.
El también sonríe. Pero no me mira. Está pendiente de la carretera. 
- En realidad te encanta, igual que yo. Reconócelo ya.  
- ¡Qué creído! Si te tengo por diversión...
- Jaja Ya ya ya... Mírame a los ojos y dime que no me quieres.
El semáforo se tiñe de rojo. Alan tamborilea los dedos con el volante y me mira. 
- No te quiero. - Se lo digo mirándole al centro de la nariz.
- Tramposa. - Me lo dice mientras sonríe de lado. -Se inclina hacia mí. Me besa. Dulce, lento.- Te quiero más que a nada, orgullosa. 

Y después de eso todo pasa muy rápido. 
                                        
Un golpe rápido. Alan mirándome. El coche bocaabajo. El frío asfalto. Me duele el brazo. Luces rojas. Voces que vienen y van. Una camilla. Caras que parecen angustiadas. Yo gritando su nombre mientras que las lágrimas me desgarran lentamente. 
Un chico con el pelo cobrizo en el suelo. 
Sangra mucho.
Médicos que se levantan.
Se rinden.
Cierro los ojos.
Oigo a una persona pronunciar la frase: "estado de shock".
Duermo.
Me despierto. 
Alan. Echo de menos a Alan.

Caigo de rodillas a lado de su ataud. Siento como si me hubiera caído en medio de la oscuridad. Todos me abrazan. Lloro. Grito. Estoy montando un espectáculo. Me da igual. Necesito gritar. Es como si me hubieran roto por la mitad. Todo está oscuro. Se ha  ido y ha dejado apagadas todas las luces. Todos me siguen abrazando. Son fríos. Necesito un tipo de abrazo que ya no existe. 
                                                            
                                        Alan, sometimes I wish I could save you.                                          
                                                                                                                  
 

3/3/12

Miedo.

La noche furtiva y oscura me atrapa entre sus entrañas, envolviéndome mientras que las estrellas se quedan a ver el espectáculo.  Insegura, pequeña, débil, de repente me convierto en la única habitante de un mundo completamente grande y oscuro. Mi almohada impregnada de sueños rotos, me cobija. La oscuridad queda sellada en cada centímetro, aunque en cada metro cuadrado se esconde una mota de esperanza. La soledad abruma con su paso aquellos sentimientos que no se ven y las poesías se sienten inacabadas. Cada respiración sumerge más y más mi pensamiento, mientras que el silencio lo acuna haciéndolo dormir. El miedo se fue por el surco que hicieron mis lágrimas secas.
La mañana está de vuelta, y con ella el color.

21/1/12

Vamos a planear algo impredecible.

Mirarte a los ojos. Sumergirme en tu mirada. Imaginar que el universo se esconde detrás de tus pupilas. No me importa nadie. No importa nada. El aire que respiro sale de tus pulmones. El oxígeno que necesito lo tienes tú.
Deja que mis labios recorran los tuyos dibujando un mapa. Un mapa que nos dirige directamente al corazón. Déjame hablar de sueños junto a tí. Deja que fusione mi sonrisa con la tuya. Déjame aprender, enséñame a querer, no necesitamos libros. Dame la mano, necesito sentir tu piel en contacto con la mía. Siempre.
Permite al Sol interrumpirnos al amanecer para recordarnos que tenemos que dormir. Discute con el Sol por interrumpirnos al amanecer para recordarnos que tenemos que dormir. No quiero que me hagas dormir, ¿para qué soñar si mis sueños son los que besan?


No necesito las canciones si estás conmigo. La música sale de tu voz.
Se lo que piensas a través de los latidos que salen despavoridos de tu pecho.
Déjame querer imaginar un para siempre contigo. Déjame escuchar un "te quiero" de tus labios.
Permítele al destino que se haga realidad.

El tren que nunca para está aquí.. ¿Quieres un billete?

El mundo corre deprisa. Solo hace falta pararse en medio de la calle en hora punta para darse cuenta de hasta que punto estamos sumergidos en una carrera de fondo. No es posible parar, aunque te detengas, el mundo seguirá en marcha como un ferrocarril. Con prisa. Ocupando hasta el último segundo. La velocidad. Precisa. Ilimitada. Arrolladora. Consigue sin apenas intentarlo, que el cabello  baile al ritmo del viento. El vértigo a veces es insoportable. Necesitas parar. Quieres parar. Pero no puedes. Imposible. Te gustaría bajar del tren. Te encantaría disfrutar de las vistas. Amarías la posibilidad de oler, saborear hasta la última de las flores que se encuentran en el camino. Pero solo puedes observarlas a través del traslúcido cristal que únicamente permite observar, no sin exfuerzo, el paisaje que pasa rápidamente en el exterior. La posibilidad de disfrutar de todo aquello lentamente es imposible. El tiempo sigue. El ferrocarril nunca ha parado y nunca lo hará. No lo hizo por nadie. No lo va a hacer por tí. La idea de detenerte se desvanece en los recovecos de tu mente, a medida que pasa el tiempo y comprendes que es imposible parar el tiempo. Y piensas. Piensas en todos aquellos que bajaron del tren tiempo atrás. Ellos tal vez lograron disfrutar de las vistas lentamente. Sin prisas. Pero no lo sabes.
La necesidad, vuelve y el vértigo se hace aún mayor. Necesitas bajar del tren. La ansiedad invade cada poro de tu piel. u corazón late fuertemente, intentando librarse de una cárcel libre. Quieres parar.
Pero respiras. Miras a tu alrededor. y caes en la cuenta de que tal vez, y solo al vez, el viaje en ferrocarril sea lo más importante. Ríes. Comes. Duermes. Hablas. Te enamoras. Besas. Lloras. Cantas. Vuelves a reir. Y las lágrimas vuelven a derramarse. En resumen: vives.
Estás seguro, el viaje es lo más importante. Así que respiras. Sonríes. Y te acomodas en el asiento. Quieres disfrutar del viaje.
Ya habrá tiempo deparar y disfrutar de las flores...

17/1/12


Ponle un punto y a parte al silencio. Grita aunque nadie pueda oírte. Salta aunque no tengas la seguridad de que el mundo sigue a tus pies. Marca el ritmo si no hay música. Aprende a juzgar a todo el mundo, pero principalmente a ti mismo. Rie sin temor. Háblale a la Luna. Baila bajo la lluvia en primavera. Disfruta de los dulces besos cálidos. Sumérgete en las miradas. Nada por las marismas de tu mente.  Siente la brisa fresca del verano rozando tu piel. Ahoga las lágrimas antes de que lleguen a tus labios. Haz amigos. Piérdelos. Recupéralos. Lee los gestos. Disfruta del calor en medio de una calle fría. Fúmate los momentos olvidados. Pon una fecha de caducidad a la tristeza. Cambia el “no puedo” por el “sí”. Inventa palabras que nunca más volverás a oir. Canta melodías silenciosas. Susurra a la vez que las olas rompen en la costa. Intenta entender lo que nadie entiende. Sueña recuerdos abstractos. Se como quieras ser. Alcanza la distancia con una sonrisa. Dale un puñetazo a la envidia. Llama a cada sentimiento por su nombre. Miente a todos los que quieras menos a tí mismo. Ocupa corazones. Rescata carcajadas. Escribe sensaciones. 
Vive tu vida como quieras vivirla.

El negocio de ese arte llamado música.

Conecta la radio. Comienzan a sonar las canciones que están de moda y en medio de estas, una o dos “antiguas” que pasan desapercibidas entre los ritmos electrónicos que inundan las cadenas.
¿Por qué pasaron de moda las buenas canciones? ¿Por qué ya nadie escucha las letras sorprendentes? ¿Dónde se han ido el sonido de la batería y el bajo? Ahora están callados y escondidos porque nadie los echa de menos. 
Este barco comenzó a hundirse por el mismo motivo por el que se hundieron tantos y tantos barcos tiempo atrás, por ese cáncer llamado dinero…
¿Queréis triunfar en el mundo de la música? ¿Queréis forraros de dinero? Yo os daré la receta:
  1. Lo primero de todo es tener a un chico adolescente (o varios), que sea guapo, o al menos lo parezca con sus respectivas horas de peluquería y maquillaje.                                                                                                                      
  2. En segundo lugar: Vístelo al más puro estilo skater.                                            
  3. Invéntate una vida más o menos dura. La fama de este chaval será indirectamente proporcional a la pobreza que viviera de pequeño.                        
  4. Recalca su amor por las chicas normales y siempre, SIEMPRE debe decir en prensa que no le importaría enamorarse de una fan.                                         
  5. Graba videos caseros de él haciendose el gracioso, o por lo menos intentándolo.                                                                                       
  6. Saca información suya por todos lados, desde su comida favorita hasta el nombre de la prima de la hermana de su sobrina de su abuela materna.               
  7. Por último haz que cante canciones que hablen principalmente de amor, desamor, de lo mucho que la necesita, canciones tipo: ya no te quiero. O incluso alguna que otra hablando de su pobre infancia y lo dura que fue.        
  8. Enséñale a bailar.                                                                                 
  9. ¿Qué no canta bien? Bah! No te preocupes, la tecnología de hoy en día lo arregla todo. 
Espero que os haya gustado este tutorial, no olvidéis enrollar a vuestro nuevo ídolo adolescente con una super estrella famosa ;)  

Lo que he querido decir con esto es que nadie se para a escuchar las canciones si no las canta alguien atractivo. Y si escuchas algo así te llamarán raro. Los fans de hoy en día y en su mayoría chicas sin cerebro, siguen al cantante como borregos, creerán todo lo que digan y besarán hasta la última de sus pisadas si hace falta. Gastarán dinero y dinero en esas estrellas para que ellos sigan cantando malas canciones.
Los fans de estos “cantantes” se emocionan con cada nota porque hablan “de cosas sentimentales” Pero… ¿no se han parado a pensar que esas canciones “tan bonitas” han sido creadas por muchas personas distintas? Que cojan su verso favorito y lo lean. Ese puñado de palabras fueron creados por alguien que solo pensaba en el dinero. Por alguien que ni si quiera cree en eso.
Todo por lo que lloran y se emocionan ha nacido de las entrañas de personas que ni si quiera les importa lo que piensen.
Aquí termino, con una conslusión. En el mundo de la música importa todo menos la música. 
Si te consideras una persona con cerebro y escuchas música no comercial, cuida a esos grupos, porque están en peligro de extinción.
“…Y en ese momento fue cuando cada uno de sus besos, sus caricias, sus palabras, las miradas, la forma en la que tocaba la guitarra concentrado con los ojos cerrados y tranquilo mientras sus manos se deslizaban cuidadosamente por las acuerdas, haciendo que sonaran acordes mágicos y electrizantes, vinieron a mi mente. Cada recuerdo volvía a su sitio y se trasladaba a mi corazón, que respondía latiendo rápidamente. Sus ojos marrones y profundos se sellaban en lo más profundo de mi alma haciendo que mi corazón volviera a saltarse un latido como antes. Cada segundo vivido con él volvió a mí. Sus te quiero, sus te necesito, mi nombre pronunciado por sus labios volvieron a ser reproducidos por mi cerebro. Le quería, le seguía queriendo como antes, nada había cambiado en mi interior. Todo lo que había permanecido en una cajita cerrada con llave, guardado en lo más profundo de mi ser había salido a borbotones como una marea furiosa y fuerte. Claro que sí, porque él tenía la llave. Cuando se fue se llevó todo consigo. Pero estaba aquí otra vez, en frente mía. Tan cerca y a la vez tan lejos. Y ahora que había vuelto a aparecer mis sentimientos volvieron a salir de la cajita, reclamando a su dueño. 
Y en estos momentos maldecía mi suerte, maldecía al mundo, maldecía al universo. No. Yo no podía volver a verlo. ¿Por qué? ¿por qué tenía que aparecer otra vez y estropearlo todo? ¿Por qué tenía que volver y abrir esa estúpida caja? 
Una lagrima se escapó por mi rostro y se dejaron ver detrás de mis gafas Ray- ban que casualmente las eligió él. 
Otra lagrima. Otro suspiro.
En mi interior la razón y el corazón libraban una gran batalla en la que ni yo sabía quién ganaba.
La razón quería correr pero el corazón pedía ansiadamente estar con él.
Puto destino. Puto universo.
No hice nada. Me quedé quieta, observándolo y recordando de nuevo cada minuto pasado a su lado. Me sentía estúpida, imbecil, gilipollas, infantil y terriblemente enamorada de ese chico. 
Y él allí parado, a su bola sin imaginarse quién estaba a escasos metros suyo. Yo. La chica a la que había prometido tantas y tantas promesas incumplidas. La chica a la que supuestamente había querido como a ninguna. Le odiaba y le amaba al mismo tiempo. 
No se exactamente de donde salió el coraje, de donde salió mi fuerza ni si quiera estoy segura de haberlo pensado antes. Fue un impulso, algo inesperado. Al parecer ya había vencedor y como siempre, una vez más el corazón le había ganado a la razón. 
Di un paso, y otro, y otro y otro. 
Hasta que estuve tan cerca suya que podía oler su colonía.
Otro vuelco al corazón.
-Hola.- Pronuncié segura, decidida y desenfadada. Escondiendo toda la pelea que había tenido lugar en mi interior. Y preparada para un infarto inminente que tendría lugar en cuanto me dirigiera una sola mirada. “

Un trozo de algo más grande que estoy escribiendo ;)
+Quiero decirte algo… ¿preparado?
-¿Preparado para qué?
+Preparado para decirte algo que grita en lo más profundo de mi alma y que cada día se hace más y más fuerte. Quiero que estés preparado para escuchar dos palabras, ocho letras y miles de sentimientos distintos que llevan escondidos detrás. Algo que te va a dar miedo escuchar pero más a mí decirlo. Quiero que estés preparado para algo que cambiará nuestro pasado nuestro presente y espero que el futuro. Un beso de mi corazón, un grito silencioso, un llanto desesperado que me atraviesa lentamente hasta retorcerse en mi interior. Un paso en medio de la nada, una brisa fresca en medio del desierto.. Escucha atentamente porque lo que saldrá de mis labios es sencillo, mágico y sincero: Te quiero.


Música.


La música es sinónimo de vida. Cada nota, cada acorde, cada letra, cada estrofa, cada estribillo, cada melodía es aire para mis pulmones.
Esa indescriptible sensación de estar escuchando la melodía perfecta, que se sella en tu alma como un beso fugaz y abrasador.
La música, esa sensación de amor, tranquilidad y paz. Un grito desesperado de nuestro corazón, aquello que sentimos y no lo podemos expresar con palabras, lo desahogamos martilleando nuestros oídos con esa canción que es para nosotros como la calada de un cigarrillo. Porque la música es como una droga, algo que poco a poco se hace imprescindible en nuestra vida.

El universo se ha parado un segundo.

Esto no es una historia de amor incontrolable, no es un cuento de hadas. No habla de las caricias de por la mañana, tampoco de los besos en los que se te para el corazón y la piel se te pone de gallina. Aquí la protagonista no se estremece al escuchar su característica voz, ni él la hace callar con un beso cuando las palabras y la rabia salen a borbotones…Esta historia es simple, corta y sencilla. Cuando ponga el punto y final no habrán pasado años. Esta historia va sobre  un momento, una casualidad, una parada del universo, un segundo que podría haber sido horas, días, meses, incluso años…
…Ella en la puerta de la FNAC como siempre llegando tarde, últimamente se entretenía demasiado, tenía la cabeza en los mundos de yupi, como decía su hermana. Quizá tuviera razón. Las cosas no iban especialmente bien..¿por qué? La típica historia de siempre. El tan típico y usado comentario de: él no sabe ni que existo. Por esa razón se comía la cabeza demasiado. Echaba de menos la sensación aquella en la que parece que vuelas cuando te besa. Echaba de menos echar de menos a alguien.. Ella echaba de menos el amor. Y  cuando pensaba que lo había encontrado a ÉL, cuando estaba dispuesta a darlo todo por esa persona, cae en la cuenta de que, tal vez, es el chico equivocado. Pero ya es demasiado tarde. A esas alturas ya no podía evitar que su corazón se acelerara a su paso ni pensar en él cada segundo del día…
…Él por el contrario estaba arriba del todo. En la librería del FNAC, esperando a que su mejor amigo terminase de comprar. No estaba solo. A su lado una chica más bajita que el, lo abrazaba y de vez en cuando buscaba sus labios. El le devolvía el beso, pero sin ganas, ya no era lo mismo de antes. Al principio pensaba que ella era única… con el tiempo comprendió que para el solo era una más. Su corazón seguía igual cuando ella pasaba.Ni un cambio ni un vuelco.. Buscó sus ojos. La miró fijamente. Nada. Ni siquiera un pelo de punta. Ni si quiera ganas de besarla…

Él en la planta de arriba. Ella en la puerta. Él baja. Ella sube. Ponen sus pies en las corrientes escaleras mecánicas. Siguen el ritmo de aquella canción que han escuchado tres mil veces por la radio y que está de hilo musical. Les encanta. Ella canta bajito. Él marca el ritmo con el pié. Giran la cabeza, sin saber por qué. Ella a la izquierda. Él a la derecha. A la misma vez. Sus ojos se encuentran. Sus miradas se fusionan. Y por primera vez en mucho tiempo la tierra para. El corazón de él vuelve a saltarse un latido. Ella por primera vez en mucho tiempo a dejado de pensar en aquel niñato que le había echo tanto daño. Una sonrisa se dibuja en los labios de los dos. La sonrisa más bonita que han visto nunca….Pero las escaleras siguen funcionando. Y el baja y ella sube. Se preguntan a sí mismos que ha pasado. Pero ya lo saben: El universo se ha parado un segundo.

"All about you"

La ventana estaba entre abierta. Los primeros rayos de sol entraban lentamente atravesando las cortinas que flotaban en la habitación, moviéndose al ritmo de los acordes de una guitarra acústica.Ella abrió los ojos. Su mirada deambuló  por toda la habitación. Allí estaba él. Concentrado como siempre. Tocando su guitarra suavemente, como si tuviera miedo de hacerle daño, como si temiera que al tocar mal una nota se partiera en mil pedacitos. Pasaba sus manos por las cuerdas. Improvisaba. Tocaba notas al azar y hacía melodías que nadie había escuchado nunca.Entonces paró. Se percató de que ella llevaba todo el tiempo mirándolo. Y sonrió. Sonrió como si fuera la primera vez que la viera, como si fuera la primera vez que sus miradas se habían cruzado. Apartó cuidadosamente su querida guitarra, dejándola en un lugar seguro. Y se acercó a ella. Los dos sonreían. Se miraban fijamente. No hacía falta palabras. Se sumieron en un profundo beso, y el mundo se paró otra vez para los dos. Se separaron y se tumbaron el uno junto al otro.
-¿Qué estabas tocando?
-Una canción que he compuesto.
-¿Y de que va la canción?-El sonrió y la miró a los ojos.
-Sobre mi primer amor.
A ella se le apagó el brillo de su mirada. Seguía sonriendo, pero la decepción se podía notar en la cara. Él en seguida lo notó.
-Eh, ¿qué te pasa?-Preguntó preocupado. Temiendo que hubiera echo o dicho algo que le hubiera echo daño.-Nada… solo que tu a mí nunca me has escrito una canción…
El se mostró confuso.-Pero… si tu eres mi primer amor..

-No te mientas a ti mismo. Tu primer amor no soy yo. Desde siempre tu primer amor fue la música.Dijo ella sonriendo. Demostrando que no le importaba y lo entendía perfectamente. Él guardó silencio y luego respondió cambiando de tema.
-Eh… ¿recuerdas cuándo bailamos sobre las baldosas de la cocina, la primera vez que cenamos juntos?Ella sonrió recordando el momento.-¿Y recuerdas cuándo los primeros días que salimos juntos me denegabas los besos para hacerme rabiar? Eso no volverá a pasar ¿verdad? jaja 

Ella asintió. Se besaron. Cuidadosamente. A la vez que recordaban los viejos momentos. E imaginaban todo lo que les quedaban por vivir. Se querían. Se amaban. Disfrutaban de los momentos juntos y conseguían que el mundo y el tiempo se parase a su merced. Se separaron. Y se volvieron a mirar a los ojos. Como siempre. Esta vez recordando cuando se miraron por primera vez. Y se lo dijeron todo con una mirada. Eran afortunados de tenerse el uno al otro. Y lo sabían.Él se levantó y volvió con su otro amor. Su guitarra. Pero antes de empezar a tocar volvió a mirar a su novia y le dijo:
-Haces que mi vida merezca la pena. La canción va sobre ti. La primera vez que me enamoré de una chica. Se llama “All About You” (todo sobre ti)
Y empezó a tocar la canción de nuevo.