31/3/12

Menta y chocolate.

En tu espalda, suspiros con aroma a menta.
En mis ojos, el rastro del chocolate.
Miradas, que atrapan, que lloran, que te cortan en mil pedazos.
Clavadas en los recovecos de tu ser se encuentran.
Amarradas en los confines de mi alma, están. 
Contadas como gotas de agua las guardo en una pequeña cajita de cartón, para así poder sacarlas en esos días, en los que la sequía gobierna el mundo y el fuego no habla precisamente de amor. 
Dime.
Dime cuantas noches cerraste los ojos y pensaste en mí.
Dime cuantos abrazos prohibidos cosechaste en mi presencia.
Tienes el síndrome de la sonrisa arrolladora. Tengo la enfermedad de mimos sin complacer.
Fresco como la menta, dulce como el chocolate, raro como su conjunto.
Siempre quedarán en mi cajita de cartón.
Las miradas, momentos guardados. Tiemblan cuando el suelo está mojado, otras veces, hablan de amor. 



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