26/1/13

Marionetas.

Vivimos en un mundo de pobreza y de riqueza. Estamos en un lugar donde no hay miedo a decir la verdad, pero la mentira está de moda. Los estereotipos y los prejuicios mandan sobre todo. Y los tabús aparecen a la misma vez que otros desaparecen. Vamos caminando por la vida como borregos buscando un pastor. Necesitamos que alguien nos guíe y nos diga que hacemos y que no, por el simple hecho de que nos da pereza pensar por nosotros mismos. 
Somos conformistas, pacientes y no tenemos el poder de decir que no porque nos lo arrebatamos nosotros mismos. Nos mienten delante de nuestros ojos y pensamos: "Otros cambiarán las cosas algún día". Lo que no aceptamos es que "Otros" somos nosotros y "Algún día" es ahora. 
Vivimos en una sociedad, en la que los gobernantes nos dicen que tenemos que compartir, y en realidad son ellos los que no lo hacen. Nos atontan con fútbol de primera, y juegos falsos del corazón para que nos olvidemos lo que de verdad importa. Somos sus marionetas. Pobres marionetas que se dejan llevar sin ni si quiera intentar cortar los hilos. 
Nos bombardean, nos acribillan, nos agobian y nos halagan falsamente. Nos manejan como les da la real gana, y nosotros, pobres atontados, solo nos percatamos de lo menos importante. Dejamos que ellos decidan en qué tenemos que malgastar nuestras críticas mientras cambian el mundo que tanto costó construir a muchos. Prometen una educación de calidad pero sin embargo nos quitan materiales para hacerla posible. Alegan que nos entienden, se ponen de  parte de los menos favorecidos delante de cámaras y detrás se burlan de ellos.  Son hipócritas que condenan la corrupción pero son ellos los que corrompen nuestras vidas con tantas palabras huecas llenas de mentiras.
Ya va siendo hora de decir basta. Ya es hora de que las marionetas corten los hilos.

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